Qué difícil es reconocer a un maltratador ya que la violencia se esconde detrás de las paredes.
La violencia generalmente ocurre dentro de cuatro paredes, dentro del hogar, al cerrar las puertas de la casa. El maltratador se muestra muy simpático y agradable fuera de su entorno familiar, pero dentro de su casa, con su esposa, se convierte en un “lobo feroz”. Esto hace que nadie sospeche de él y por eso nadie podrá ayudar a la víctima excepto si ésta lo denunciara, porque no se enterarían qué pasa dentro de las cuatro paredes de su casa.
Los gritos de él, su maltrato psicológico van mermando en ella su autoestima y su fortaleza y se esconde de los golpes. Se va aislando de su familia y de sus amigos y no encuentra la salida. De eso habla mi poema “Lobo feroz”.
Lobo feroz
(Arjona Delia)
¡Pisotearon sus derechos!
¿Dónde están aquellos besos,
las caricias, los proyectos?
Se alejaron con el tiempo.
Se disfraza de ovejita
pareciendo encantador.
En paredes de su alcoba
¡es un cruel lobo feroz!
Sufre dolor en silencio,
sus palabras son hirientes,
como dardos que se lanzan
y lastiman a su mente.
Las cuchillas de su boca
van cortando su camino,
y los gritos que no callan
la someten a peligros.
Ya su cuerpo no aguanta
tanta burla y desprecios.
¿Escapará del fracaso?
¿Terminarán sus asedios?
Poema publicado en el libro "Mujer libre"
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¡RESPÉTAME!
(Arjona Delia)
No pretendas lastimarme,
tengo derecho a negarme,
no me debes silenciar.
Mi cuerpo que es sagrado
debe ser respetado,
¡no me puedes obligar!
¡Respétame!
¡No me humilles y sometas!
Me arrinconas y me aprietas
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